29 mayo 2010

El encuentro

Me gusta ensuciar los zapatos con el polvo de la ciudad, que la mancha urbana me impregne y desde el exterior observar el lamparón. Sentir el hervor de sus gentes y el pálpito de sus calles, ser el espectador anónimo ante la función que comienza, el niño nervioso y expectante cuando lo llevan al circo.

Todo es de interés:
El apresurado repartidor, el anciano de paso cansino que pasea obedeciendo a su médico, la madura señora con ínfulas de seductora, el funcionario que apura el cigarro en los minutos de asueto, el triste personaje consciente de su oquedad interior, el altanero joven que solo mira al frente, el vagabundo que zigzaguea pidiendo unos céntimos, la pizpireta que sale de una tienda mirando a la siguiente...

... Y lo no esperado:
Una estrecha bocacalle, unas siluetas que reconozco y un aire de afecto y alegría que me recorre. Son ellos, mis amigos. En seguida estamos comentando el hoy y el ayer, los propósitos y los traspiés últimos, un libro, un programa de televisión, una anécdota... y nos despedimos con un agradable sabor de cercanía y placidez.

Sigo mi ruta, pero ahora la calle me ofrece menos y es el regodeo de la charla lo que toma prioridad en mi cabeza. Hoy han sido Teresa y José y, con ellos en la mente, mis pasos se suceden y el recorrido concluye.

23 mayo 2010

Flores blancas

No se si tendrá que ver con el invierno tan frío y seco que hemos tenido, pero este año la primavera ha llegado boyante a Escocia. Nunca había visto tantas flores. En los dos últimos días han salido al vuelo tantos vilanos de diente de león que a veces parece que nieva.

Hoy tocan algunas fotos de flores blancas, ya habrá días con otros colores.
En Escocia, los narcisos anuncian la llegada de la primavera. Al ser una flor tan típica, he intentado sacarles fotos decenas de veces, pero el ángulo en el que crecen y la uniformidad de sus colores (los más comunes son completamente amarillos) suele dificultar el trabajo. Después de múltiples intentos, mi foto preferida ha sido sacada un agradable anochecer junto al portal de mi casa.

Flores de cerezo. Después de los narcisos, son de las flores más tempranas. Esta foto fue sacada en el West End, el casco antiguo de Glasgow. Ya no están, pero durante su caída la calle se cubrió de un manto de pétalos blancos que con la brisa parecían confeti.

Desconozco el nombre de esta florecilla silvestre. Esta también estaba cerca del portal de casa.

Magnolio en los terrenos del castillo Culzean.

Que tengáis un buen fin de semana (lo que queda).

21 mayo 2010

Kick Ass: Listo para machacar

En España no se estrena hasta el 4 de Junio, pero aquí en el Reino Unido lleva dos meses en cartelera y ya se considera un clásico de culto.

La película cuenta la historia de Dave Lizewski (Aaron Johnson), un adolescente corriente que decide convertirse en un superhéroe llamado Kick-Ass. Dave se ve atrapado en una lucha mayor cuando se encuentra con Big Daddy (Nicholas Cage), un ex-policía que, en su intento de derrocar al pérfido capo de la droga Frank D'Amico (Mark Strong), ha entrenado a su hija de once años para convertirse en la mortífera Hit-Girl (Chloë Grace Moretz).

A pesar de la alabanza unánime hacia esta sátira del subgénero de superhéroes, algo me tuvo preocupada hasta la entrada en el cine, una palabra que se repite en todas las críticas: ultraviolenta. La inquietud fue infundada: aunque la violencia gratuita es frecuente, las escenas macabras duran fracciones de segundo, apenas lo suficiente para que se sepa qué ocurre, pero el horror no se asimile.

Personalmente, no entiendo el enorme éxito de Kick Ass. La cinematografía es una mezcla de cine negro y comic. No es fea, pero tampoco especialmente innovadora o estética. Las escenas violentas se suceden hasta rozar la monotonía. Los actores están decentes (con la excepción de la niña, que es francamente buena). El argumento es original y definitivamente el motivo único que la mantiene en cartelera pero, para mi gusto, una mocosa de once años con tendencias violentas y que disfruta soltando tacos hace tiempo que ha dejado de ser sorprendente. La historia del adolescente que se compra un disfraz y se autonomina superheroe tampoco es nueva: el registro americano de superheroes de la vida real tiene a más de doscientos enmascarados en sus listas. El italiano Entomo, por ejemplo, llevan en la brecha desde el 2007.

En resumen, "Kick ass: listo para machacar" se ha descrito como "la primera película de superhéroes de bajo presupuesto", y se nota porqué.

19 mayo 2010

Madhiyaanam saappadu saapittiya?

Mi compañero de oficina indio -Singh- se ha puesto a aprender español. Casi todos los días me consulta alguna duda. A cambio, me cuenta sobre su tierra. Hace unos días me envió esta explicación de un almuerzo. Dejo los nombres en inglés por si alguien quiere indagar más. Como siempre, se puede pulsar en la imagen para verla más grande.

Esto es un recorrido virtual del "almuerzo tradicional de sur de la India" ¡Solo se sirve en hojas de plátano!

Hasta ahora, la costumbre se sigue siempre en bodas y celebraciones familiares.
Por lo general, la gente come en este orden:
  1. Arroz y paruppu (también llamado Dhal, lentejas peladas).
  2. Arroz + saambaar (estofado de lentejas y verduras con tamarindo y especias).
  3. Arroz + rasam (zumo de tomate y/o tamarindo con especias).
  4. Paayasam (arroz o trigo con leche, azucar y cárdamo).
  5. Arroz + yogur.
  6. Plátano.
Mientras se come todo lo anterior (excepto el paayaasam), se toman también el curry y el resto de acompañamientos.

"Plaintain" es como nuestro plátano de cocinar. El "pickle" son verduras conservadas en vinagre. El "appalam" es un pan plano de harina de lenteja o garbanzo. "Chutney" es una conserva agridulce de frutas o verduras (el más fácil de encontrar en Europa es el de mango).

Se come con las manos.

Pregunté si realmente se sigue siempre el orden. Singh me lo asegura. Otro compañero cree que la necesidad del protocolo es un mito y que las nuevas generaciones seguramente lo olviden, pero él también lo sigue.

Además pregunté si no fue un contraste muy grande al venir a Europa ver que nosotros con un bocadillo y una manzana dejábamos lista la comida. Dijeron que sí, pero que asimilaron la costumbre rápido, sobre todo por el precio.

Ah, el título de hoy significa "¿Has almorzado?" en Tamil. O eso me han dicho.

14 mayo 2010

¿Podemos despertar ya?

España: cientos de políticos revolcándose en corrupción como cochinos en un lodazal, los bancos sin arrimar el hombro ni depurar responsabilidades por la crisis, la SGAE cobrando impuestos revolucionarios, la Iglesia Católica pone el cazo a un estado aconfesional y el gobierno se lo llena... Qué bien viven los enchufados.

Además, me acabo de enterar de que ya no basta con que los jóvenes vivan a base de propinillas submileuristas renovables cada seis meses, o consentir que una de cada cinco personas con capacidad de producir se pudra en la cola del INEM. Además, a los funcionarios se les rebaja el sueldo y a los ancianos se les congelan las pensiones.
Les Calvinistes de Catwijck, por Jan Toroop 1891

El gusto por la autoflagelación de mis compatriotas no me sorprende. Hemos vivido cuatro tranquilas décadas bajo el yugo de un dictador fascista y así hubiésemos seguido indefinidamente si don Paco no hubiese tenido a bien morir de viejo.

¿Vamos a hacer huelga? ¿Y empezar a escuchar las advertencias de medios de comunicación internacionales bien informados sin que se nos tache de antipatriotas? ¿Podemos recoger suficientes firmas para detener medidas injustas? ¿Y si aquellos con la información denunciasen a los políticos corruptos en lugar de guardarla para tiempos mejores?

La situación de España no es normal. "Es lo que hay" no es una respuesta aceptable. Vino, jamón y sol no nos hacen la envidia de Europa.

¿Y ahora qué? Personalmente, no veo como vamos a salir del atolladero. Temo que sigamos abonando nuestra pasividad ignorante con el mantra meapilas de "todas las opiniones son respetables". Dudo que dejemos de admirar a los listillos o burlarnos de los sacrificados. Pero algo tendrá que ocurrir...

De momento, ya que no puedo creer que vivamos en buenos tiempos, me tendré que conformar con que sean interesantes.

10 mayo 2010

Culross: sal, carbón y brujas

Culross es una ciudad del s.XVII en el SE de Escocia, a aproximadamente una hora en coche de Glasgow. Durante setenta años, el National Trust for Scotland (una ONG para la conservación del patrimonio natural y cultural escocés) ha ideado varios proyectos de restauración. Hoy su estado de conservación es tal, que gran parte de las casas vuelven a estar habitadas.
Este edificio es el ayuntamiento. Data de 1626 y estuvo en uso hasta los años noventa. La torre del reloj es un añadido del s.XIX.
El piso superior era la cárcel donde se encerraba a las mujeres acusadas de brujería antes de enviarlas a la hoguera en Edimburgo.

La estaca que se ve en la izquierda es el eje central del "tron", una balanza operada por el "Tron Master" y empleada como sistema de medida independiente y objetivo entre los comerciantes locales. En la base se ve cómo sería una reconstrucción completa (pulsar en la imagen para aumentarla).
Este edificio amarillo es el palacio residencia de Sir George Bruce, el mercader e ingeniero que llevó a la ciudad a su mayor esplendor al idear la primera mina de carbón submarina en 1575. El carbón bueno se vendía, el de peor calidad se usaba para evaporar agua marina y producir así sal.

Una cosa que me gustó fueron las proporciones de las casas. Si comparamos el tamaño de los carteles y el banco para sentarse con el de las puertas y ventanas, vemos que la mayoría de edificios están hechos para personas de una estatura media de 1.60m. Todo el pueblo es así, lo que le da un efecto de casa de muñecas.

Pero no todo va a ser cultura. En Culross hay un par de cafés encantadores donde tomarse un buen té con pastitas. Si hay duda, que se lo pregunten a este petirrojo fanático de la mantequilla, que se pasó más de diez minutos picoteando y posando para los turistas.

Esta calle es Tanhouse Brae, el distrito de los curtidores. En tiempos esta era una de las zonas más malolientes de Culross, porque para curtir, además de la sal que producían en la parte baja de la ciudad, hacía falta orina (a ser posible, de chucho). La calle perpendicular aún arrastra la secuela de llamarse "Stinking Wynd" (en escocés, "callejuela apestosa"). Huelga decir que a este barrio la burbuja inmobiliaria lo dejó de lado.

Por último, las ruinas de la abadía. Hoy solo queda operativa la torre (al fondo), que funciona como iglesia parroquial.

La abadía fue hecha por el hermano de George Bruce y es contemporánea del palacio. La diferencia en refinamiento viene de que Sir George empleó a armadores del puerto para hacer su casa, mientras que su hermano llamó a un arquitecto.

La mayoría de las calles conservan el nombre original, como "Cat's close" (callejón del gato) o "Wee causeway" (en escocés, pequeña calzada).

El National Trust for Scotland hace visitas guiadas de una hora que incluyen el interior del ayuntamiento, el palacio y el "estudio" (la casa del obispo Leighton, del s. XVI). No los he enseñado por dentro porque no se permite sacar fotos.

Culross está muy a mano si estás en Edimburgo o St Andrews y es un agradable cambio si te apetece un descanso de los múltiples castillos, destilerías y campos de golf que siembran la zona.

06 mayo 2010

Iron Man 2

Tras revelar su identidad como Iron Man, el encantador millonario Tony Stark (Robert Downey Jr.) parece disfrutar del éxito, pero el reactor que le mantiene con vida y le convierte en superhéroe lo está envenenando lentamente. Además, el gobierno estadounidense está empeñado en expropiar la tecnología del traje de hierro. Por si esto fuera poco, el físico ruso Ivan Vanko (Mickey Rourke) se transforma en el villano Whiplash para vengar la muerte de su padre de la que, como no, responsabiliza a Tony.

La película tiene todos los ingredientes para un éxito de taquilla: un reparto estelar (Downey Jr., Rourke, Gweneth Paltrow, Scarlet Johanson y Samuel L. Jackson entre otros), una banda sonora potente (coros de estilo wagneriano, AC DC y algun tema de los Rolling Stones), buenos efectos especiales, explosiones, persecuciones, humor, una gota de romance y mujeres guapas en trajes ceñidos. Predeciblemente, la película es un éxito. Si bien ninguno de los actores está en su mejor momento (el científico loco de Rourke tiene un algo de loco y nada de científico), tampoco están en el peor. El guión es predecible, pero con suficientes giros para mantenerlo entretenido. El balance entre efectos especiales y humanidad es el justo.

En resumen, Iron Man 2 es la clásica película de superhéroes para todos los públicos. No es una obra maestra del cine, pero creo que después de tantos "grandes poderes que vienen con grandes responsabilidades", caballeros oscuros torturados por su pasado y avatares eco-apocalípticos, un tipo simpático que solo quiere cargarse a los malos y una trama donde lo más profundo es el escote de la Johanson es un cambio muy bienvenido.

02 mayo 2010

Camus en tiempos revueltos.

Mentiras, verdades en porciones, eufemismos, retórica de la tolerancia, tiranía de lo políticamente correcto, asedio al librepensador, sustitución de la anécdota por la esencia, podredumbre deontológica, apoteosis de lo banal, lacerante hipocresía, adoctrinamiento anestésico...

Es momento de corregir deriva, de refugiarse en los lúcidos, en los de pensamiento profundo y sincera exposición. Aquí va un ejemplo.


HELICÓN
¿Y cuál es esa verdad, Cayo?

CALÍGULA
Los hombres mueren y no son felices.

HELICÓN
Vamos, Cayo, es una verdad a la que nos acomodamos muy bien. Mira a tu alrededor. Eso no les impide almorzar.

CALÍGULA
Entonces todo a mi alrededor es mentira, y yo quiero que vivamos en la verdad. Y justamente tengo los medios para hacerles vivir en la verdad. Porque sé lo que les falta, Helicón. Están privados de conocimiento y les falta un profesor que sepa lo que dice.

HELICÓN
No te ofendas, Cayo, por lo que voy a decirte. Pero deberías descansar primero.

CALÍGULA
No es posible, Helicón, ya nunca será posible.

HELICÓN
¿Y por qué no?

CALÍGULA
Si duermo, ¿quién me dará la luna?

(Calígula. Acto Primero. Escena IV.) de Albert Camus.