12 noviembre 2016

La hoguera




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Solitaria está la playa

y solo estoy ante el fuego.

El crujir de la seca madera

se fusiona con el susurro oceánico

que, bajo la pálida cúpula

del atardecer otoñal,

pone música al descanso.



Las flamígeras filigranas

en su fulgor van creando

morfología de pensamientos:

creencias perdidas

y voces congeladas en

el invierno de los días...


Y la brisa, como lánguida mano,

sobre el agua va esparciendo

el dorado resplandor

de remotas existencias

y realidades de apagado rumor.


Y en mí está todo.

Y todo es lejanía flotante

sobre las combadas olas

del agitado mar de mi razón,

avanzando caprichosas y solas.

...


Cálida se acerca la noche

con su grisura y su misterio,

con su fuego y su verdad,

con su renuncia al engaño,

con su desdén al mal soñar.


Y en mí está todo

cuando luz y llama están,

cuando hay leña que quemar,

cuando el aire no me falta,

cuando no me falta voluntad.