06 octubre 2014

Las mujeres en carreras técnicas

De vez en cuando recibo información sobre iniciativas para aumentar el número de mujeres en Ciencias. Hay un montón de teorías sobre por que prácticamente solo se nos ve el pelo en las biosanitarias. La muñeca Barbie se lleva unas cuantas culpas, junto con las mujeres que, como yo, no mostramos interés en unirnos al carro publicitario.

La mayoría de mis compañeras de profesión han tenido Barbies, se han vestido de princesas y no había modelos femeninos a imitar en su árbol genealógico o su televisor. Pero creo que hay otro escollo más obvio del que no se habla. Imaginémonos en una discoteca universitaria:

-Hola. Me llamo Tal. Hago segundo de Sicología. ¿Y tú?

-Yo hago cuarto de Caminos.

Si "Tal" es mujer, la charla puede continuar. Si es hombre, se suele parar en seco. Esto ocurre porque, cuando en una pareja el hombre es menos inteligente, más bajo, más joven o más atractivo que la mujer, se asume una desigualdad que chirría. En general, un matemático con una historiadora se ven bien. Junta a un filólogo con una ingeniera y oirás entre susurros la palabra “braguetazo”.

Colección LEGO de científicas
Si una mujer de carrera técnica quiere familia e hijos, sus compañeros de profesión pueden escoger entre ella y cualquier otra chica del campus. En muchos sitios, las estudiantes de humanidades se arriman a ellos (me cuentan que en los noventa en Sevilla una “física” era una joven de letras que perseguía a los hombres del último curso de esta carrera, en Zaragoza están las “cadeteras”, que buscan futuros oficiales del Ejército, etc). Sin embargo, en el momento en que una joven atractiva admita saber lo que es una integral definida, la mayoría de los hombres de letras se apartarán de ella como la gota de Fairy del anuncio. Si la misma mujer dice que es sicóloga, enfermera o secretaria, esa noche no paga la bebida (comprobado experimentalmente por una amiga).

En el anverso de la moneda, el hombre que se dedica a la enfermería, educación infantil, secretariado, limpieza, etc, lo tendrá francamente mal para encontrar una compañera. Y de poco sirve intentar que las mujeres hagan carreras técnicas si a su vez no aceptamos que un hombre esté igualmente capacitado para cuidar personas, organizar, limpiar o cualquiera de las tareas de naturaleza doméstica que las mujeres en profesiones de alta demanda debemos delegar, al menos parcialmente, para poder encarar las otras.

Mientras se vea con normalidad que haya lugares como la guardería de mi hija donde el único cuidador varón no pueda llevar uniforme porque para él no lo hay, mientras se vea normal referirse a los profesionales de enfermería como "enfermeras" o mientras creamos que hay una labor sólo de mujeres, alimentaremos la culpa en ellas si no la desempeñan.

No tengo soluciones para este problema. En realidad, ni siquiera sé si es un problema, ya que en una sociedad igualitaria no debería importar quién hace el trabajo. Lo que sí sé es que la discriminación existe en ambos sentidos y la igualdad debe ser para todos, o no lo será para nadie.

8 comentarios:

  1. Tampoco creo que sea un problema real. Ni creo que en esa elección pesen solo factores ambientales (sociales entre ellos).

    Un enfermero, un maestro... yo creo que lo tiene más fácil para encontrar una compañera ¡porque está rodeado de mujeres! Me muevo en el sector de la educación y, de los varones que conozco que trabajan aquí, ninguno está soltero. No son muchos, la muestra es pequeña, como bien dices, pero no han tenido ningún problema.

    También veo ahora muchas chicas "informáticas". Eso cuenta como carrera técnica, ¿no? Al menos, para mí lo es. Solo conozco a dos, y las dos tienen pareja.

    Con cierto tipo de personas, puede pesar lo que tú dices. Sin embargo, no creo que sea ya la norma general.

    ¿Seguimos hablando de "enfermeras" y "profesoras"? Sí, y no creo que esté tan mal, porque ¡somos mayoría en esos sectores! Y no, no creo que la culpa sea de la Barbie, la muñeca más frívola sobre el planeta no creo que oriente a profesiones que incluyen dedicación a los demás.

    Desde que soy madre, cada vez tengo más claro que entre hombres y mujeres hay diferencias por mucho que nos empeñemos en taparlas. Lo que no es justo es que esas diferencias las haga la sociedad como, por ejemplo, no admitir a una mujer en un puesto determinado de trabajo simplemente porque es mujer. O no dejar que un hombre estudie Magisterio porque "eso son cosas de mujeres". Lo injusto en no dejar elección si existe la posibilidad.

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    1. Algo que apenas toqué -borré un párrafo y ahora me doy cuenta del error- es el asunto de la pareja "equilibrada". Una mujer puede escoger una carrera técnica, siempre y cuando sea para compensar una deficiencia que suele ser en el aspecto físico. Esto lo vi en mi instituto y lo sigo comentando con compañeros de trabajo: si preguntabas a tus compañeros de clase qué carrera creían que iba a hacer una compañera que iba por la rama de ciencias y era guapa, todos los que no la conocían directamente contestaban Biología. En mi caso me acuerdo de al menos una Ing. de Caminos y una Arquitecto de las que se hablaba en esos términos.

      No se trata de si se acaba emparejado o no, sino de la facilidad para ello. Si una niña atractiva ve que un cierto futuro laboral le va a reducir el número de parejas potenciales y ha sido educada para creer en la necesidad de formar una familia (esto último es crucial, por supuesto), no se le puede culpar por desechar esa opción. Por otro lado, si a un chico se le dice que si hace enfermería (por ejemplo), además de asumirse que es homosexual sus compañeras van a ignorarlo en favor de otros sanitarios de salario más alto, probablemente se lo piense. Si aún encima sufre discriminación -la he visto- apaga y vámonos. Y si, acabamos con pareja, pero en mi trabajo estamos todas con un ingeniero, matemático o físico, que son grados mucho más raros que, por ejemplo Empresariales. Y lo que dije del "braguetazo" no es inventado...

      La Barbie es un trozo de plástico, es lo que cada niño haga de ella.

      Entiendo que se hable de "enfermeras" y "profesoras" (y peluqueras, y comadronas...) el problema es que si dices que hablar de "ingenieros", "físicos", etc es discriminatorio (discutible), se debería usar el mismo rasero, quizá con la sutil diferencia de que "ingeniero" es masculino y neutro.

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  2. Ahí estás, ¡asumiendo grandes riesgos! Aunque la costa de la verdad orilla lo políticamente incorrecto. Es muy simple. Hay un sistema, el que rige la sociedad, que prima el hombre sobre la mujer. Las razones las desconozco por completo. ¿Será más rentable? No lo sé. Aunque en esta ecuación hay numerosas excepciones, claro. Por suerte, somos muchos y todavía algo diversos.
    Aunque, bien pensado, ¿qué tipo de mujer escoge a un hombre en función de su carrera? ¿Y que tipo de hombre escoge mujer en función de....? ¿Y el amor?

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    1. No sé si prima el hombre o si simplemente es más visible. ¿Acaso hay mayor poder -en el hogar medio- que el de moldear a la siguiente generación? De hecho, veo más machismo en mujeres que en hombres.

      En cuanto a escoger pareja, no creo que sea algo que se hace con completa frialdad. Si vas a los sitios donde se reúnen los chicos de una determinada carrera, tus amistades y, con el tiempo, amores, estarán en ese círculo.

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  3. "La igualdad debe ser para todos, o no lo será para nadie".
    Existe un término que, creo, es el de discriminación positiva, o negativa, no me acuerdo, que, me parece, consiste en desequilibrar a favor del lado más desfavorable para producir unas condiciones reforzadas de igualdad. Es, de algún modo, como construir un atajo. Ciertamente, el grado de desigualdad de partida puede justificar ese atajo, pero parece un remedio provisional. Una vez superada la causa que lo propicia, conviene volver a un estado de igualdad. Y ya no atender a jerarquías de inteligencia o carreras, que, como entiendo que asume la frase de arriba, no nos interesan a nadie.
    ¿Una discoteca universitaria? Buf. No lo recuerdo haber oído. Desde luego hay diferencias de unos campus a otros, de unas ciudades a otras, de unos países a otros, o, me temo, de unas generaciones a otras.

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    1. La discriminación positiva me suena mucho, no sólo entre sexos. La primera vez que la oí fue en clase de Lengua Gallega. Más que remedio es un parche que, por injusto, provoca resentimientos. Además tiene el riesgo de que es tan políticamente correcto y fácil de aplicar que una vez se empieza ese camino es difícil cambiar la tónica.

      En mi caso había discotecas universitarias (dentro del campus y gestionadas por un comité de estudiantes), discotecas a las que iban más universitarios que otra cosa y, en las normales, días universitarios (el Jueves). Depende del tamaño de la población universitaria y del negocio que generen, supongo.

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  4. Buf, imagínate lo que fue estar con un chico que apenas había acabado la secundaria, para mi familia era casi tirar mi vida por la ventana! Y lo peor fue que tuvieron razón, nunca agradeceré lo suficiente el final de esa historia.

    Llega un momento en que si los intereses intelectuales no son similares, así estén en ámbitos diferentes, no se llega a ninguna parte. Es más, diría que aún siendo dos personas de ciencias, si no se tienen más intereses apaga y vámonos, luego nos quejaremos de que nos encasillan!

    Pero bueno, que luego conocí a mi señor y yo somos dos ingenieros felices! (pero yo superior y él técnico, digo, por si acaso ;P)

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    1. Lo curioso es que, si quién estuviese en secundaria fuese la chica, la resistencia suele ser mucho menor (y los padres de la chica posiblemente hasta alienten la relación).

      Por fortuna, los intereses intelectuales no son siempre los académicos, por eso tantas parejas mixtas funcionan. De hecho alguna vez he oído referirse a una pareja de físicos de broma como "incestuosa" :-)

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