01 agosto 2013

La paz de los clones

No sé si esto siempre ha sido así, pero últimamente tengo la impresión de que todos los padres y educadores quieren que todos los hijos sean iguales.


2013
 Basta un vistazo rápido a cualquier libro, blog o programa televisivo sobre crianza para descubrir que hay un “niño tipo” ideal. Con sólo ver dibujos animados ya se aprecia que el gol hoy es una criatura "sociable", "segura de sí misma", "independiente", “tolerante”, “solidaria”, “preocupada por el medioambiente” y “capaz de trabajar en equipo”. Así en principio, no suena mal. Pero ¿Qué tiene de malo ser introvertido? Algunas de las mejores mentes de la Historia lo han sido. ¿Acaso la inseguridad no es un acicate para superarnos día a día? ¿Seguro que la tolerancia no es el disfraz más común de la apatía?


1983
 Hace unos días hablaba con un vecino asiático de los programas infantiles que veían nuestros hijos. El comentaba que quizá los de su tierra no fuesen los más populares porque eran historias con enseñanzas morales. Me hizo recordar nuestros cuentos clásicos. Los caballeros y princesas que ilustraban valor, justicia, lealtad y honestidad hoy son desestimados como machistas, clasistas e incluso violentos. No digo que haya que volver necesariamente a esas historias pero ¿Han mejorado nuestros valores? ¿O serán “tolerante”, “sociable”, “seguro de sí mismo” y “capaz de trabajar en equipo” eufemismos que maquillan otra generación “tragaldabas”, “gregaria”, “egocéntrica” y “sin iniciativa”?

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