22 agosto 2011

No me lo creo

Nunca digo si creo en Dios o no. Cuando encuentro a un fanático, asumo la postura contraria, a no ser que el agnosticismo le pueda irritar más. El motivo del secreto es que ambas posturas (fe religiosa y ateísmo) parecen haberse polarizado y embrutecido hasta tal punto que me da vergüenza la asociación con cualquier bando.

Los abanderados de la causa religiosa insisten en que la creencia en un ser supremo va forzosamente unida a la santidad de su iglesia favorita. Creer en un dios es lo mismo que tragar los dogmas del líder espiritual de turno. Grandes teólogos como Aristóteles, Tomás de Aquino, o Confucio son olvidados en favor de tele-predicadores (Rouco incluido). Como conocedor de la verdad absoluta y criatura elegida, el deber caritativo del creyente es llevarte por el camino hacia la luz.

Ahora parece que lo contrario a creyente es "cientifista", es decir, que se sustituye a Dios por Ciencia y a la Biblia por Nature. Un tipo montado en una caja gritando "Jesucristo te ama" es ridículo, pero el bus ateo es una idea genial. Siglos de grandes pensadores como Nieztche, Freud o Russell son
ignorados en favor de demagogos como Richard Dawkins. Como conocedor de la verdad absoluta y ser racional, el deber caritativo del ateo es llevarte por el camino hacia la luz.

Todos son victimas de la intolerancia. Todos afirman aguantar estoicamente ser perseguidos por su rectitud. Todos mas simples que un bolígrafo.

Respeto a la minoría religiosa que entiende que Dios es divino, pero sus Iglesias son humanas. Respeto a los pocos ateos que entiende que fe y razón son dos caminos destinados a no encontrarse. Al resto de la manada, solo los quiero cerca los días tontos que me levanto con ganas de incordiar.

6 comentarios:

  1. Algunas veces envidio a los creyentes. Siempre pienso que son un pelín más felices, de media. Aunque cada vez que recuerdo estos primeros dioses gravados en piedras durante el Paleolítico, me desanimo, y sigo pensando que detrás de la cortina del teatro no hay nada.
    Buena foto esa...
    Saludos,
    Ten un poco de fe, por Dios.

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  2. Yo tengo un problema serio.
    Creo en Dios, Buda, Ala, Brahma...
    todos me parecen el mismo, cada uno en su tradición cultural.
    Pero solo creo en los fieles que viven lo que profesan, y de esos por desgracia hay muy pocos.
    Espero algun día, con el tiempo, conseguir vivir como profeso, como creo que vale la pena vivir.
    Pero mientras tanto, creo que vale la pena creer en algo.

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  3. Fe y razón juegan en ligas diferentes, sin duda. Como decía Ernesto Sábato, "si Dios es omnipotente, ¿qué le cuesta crear el mundo en seis días y esparcir por ahí unos fósiles para poner a prueba nuestra fe o nuestra estupidez?"

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  4. .../... si no lo veo no lo creo.O también "Haberlas, haylas...pero yo nunca las he visto". Así que no sé bien ya ni que creer. De creencias estamos todos llenos. Y de apegos y desapegos también... Pero puestos a ver, mirar y no sé si a creer, creo yo que aquella persona que tiene una fuerte creencia en algo o en alguien, tiene dónde aferrarse y le vale mucho más cuando no hay explicación posible a interrogantes que cualquier mente racional no puede explicar.De la otra manera, sin creencia en esa fe, te sientes desamparado...pero al final todos vamos hacia el mismo lado. Uf, creo que por esta vez me he liado. Saludos.

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  5. Creo ser creyente a tiempo parcial. Y creo que ni los creyentes son indigentes intelectuales ni los ateos indigentes espirituales. Me cuesta imaginar un mundo sin Dios, pero también con él. No me acaban de convencer estas demostraciones públicas de la Iglesia Católica, la fe debe ser otra cosa, creo. Sin embargo, el tema de nuestra época es el silencio de Dios, y si una visita-rave papal puede hacer que por una vez se debata, en vez de la economía y el fumbol, pues bueno, al menos sirve para algo.

    Un abrazo :)

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  6. Igor: la última frase te ha quedado bordada :-). Por una parte, el creyente puede tener una vida más simple, con respuestas a todo y un pie en la eternidad. Por otra está la Culpa inherente a no poder satisfacer a un ser superior que no explica nada bien que es exactamente lo que quiere de ti.

    Victor: pues si que es un problema. En serio. Así corres el riesgo de crearte una religión a medida que te dé una falsa sensación de verdad absoluta. Así no hay conflicto y, sin conflicto, no hay progreso.

    Personalmente no tengo claro que todos los dioses sean el mismo. No soy capaz de reconciliar -por ejemplo- la idea del Dios superior, pero siempre preocupado por nuestros actos, de las religiones del Viejo Testamento con el concepto panteísta y casi polteísta de las asiáticas más conocidas.

    Energu: ahora la cuestión sería qué clase de persona rinde culto a un ser que emplea su tiempo libre en trabajos chapuzas y actividades chorras como las que mencionas.

    tanci: sin respuestas no sólo hay desamparo, también libertad, sorpresas, imaginación... Eso también tiene su belleza. De ahí que siga habiendo gente de un lado y de otro, o que la mayoría tienda a cambiar de barco alguna vez en la vida.

    Explorador: completamete de acuerdo. No sé si te acordarás, pero tuve una impresión muy parecida cuando el papa vino a Glasgow :-)

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