23 febrero 2011

Versos a céntimo.

En toda ciudad española es frecuente que algún mendigo te demande una limosna, que alguien te ofrezca unos pañuelos de papel, que te soliciten unas monedas por una demostración de mimo o por la interpretación de una pieza con cualquier instrumento. Todo esto me ha ocurrido repetidamente, pero hoy fue algo nuevo:

En un folio enrollado y atado con una cinta añil, un joven vendía sus versos por veinte céntimos.

Sin titubeos, alargué la mano con la moneda y recibí el poema, al mismo tiempo que se me advertía que si no me gustaba se me devolvería el dinero. Calle abajo, mientras trataba –no con pocas dificultades- de liberar de su atadura a las palabras, pensaba satisfecho en mi compra, pues consideré que la cantidad abonada no pagaba la diligencia necesaria para enfrentarse con el inmaculado papel y dar forma, mejor o peor, a unos pensamientos.

La calidad y cantidad de arte poético puesto hoy en vía pública lo dejo a vuestro juicio, yo ya ponderé el precio.

20 febrero 2011

Campanillas de invierno

Hay una flor que en Escocia brota antes que cualquier otra. En inglés la llaman "snowdrop", literalmente "gota de nieve". En Español se conoce como "campanilla de invierno".

La planta es pequeñita, sencilla y de aspecto típicamente silvestre.

Campanillas de invierno a la puerta de mi casa
En la última década, la flor ha desatado un culto. Gente de Japón o los EE.UU. viene al Reino Unido en viajes organizados para verla. Se hacen subastas en las que un bulbo puede alcanzar las cincuenta libras. El National Trust tiene paseos organizados y en Escocia los guardabosques de varios castillos hacen recorridos especiales para mayores y niños, incluso por la noche.

Pero la importancia de esta flor no está en su apariencia o su fama, sino en lo que representa. La "gota de nieve" es la primera señal de que el manto oscuro del invierno empieza a diluirse. Pronto florecerán los crocos, después los narcisos y entonces sabremos que, por fin, ha llegado la primavera.

16 febrero 2011

La música de la revolución

Durante los últimos días el Mundo ha seguido con esperanza el levantamiento del pueblo egipcio. Nunca desde la independencia de la India se había visto una marcha pacífica de semejante magnitud. Los personajes principales parecen sacados de una novela: Mubarak "El Faraón" con su fiel aliado Suleiman "El Espía" se enfrentaron al Nobel de la Paz Baradei y a Ghonim, el joven preso político de la generación Facebook convertido en héroe involuntario. Observamos el honor de los militares, la crueldad de los policías y a Sally Zahran, la bella mujer trágicamente muerta que dará nombre a la próxima nave espacial de la NASA.

Hubo un admirable civismo y organización. En esta página de la BBC se ve una imagen aérea interactiva de la Plaza Tahrir. Los manifestantes montaron un escenario, clínicas para los heridos, una zona de blogueros y hasta una guardería.

Como el asediado que espera refuerzos en vano, el tirano mantuvo el suspense hasta el último minuto. La amenaza de la Hermandad Islámica que invocó es tan efectiva como aquella conspiración judeo-masónica de nuestro Generalísimo.

Todo fue servido sin aderezo por Al Jazeera, quizá la cadena de noticias más influyente del mundo.

Al igual que nuestra transición en España, los egipcios han puesto banda sonora a "la revolución de los dieciocho días". Un amigo me ha mandado desde El Cairo los vídeos. Las fotos que pongo hoy también son suyas.

En este, pulsando en "cc" se puede escoger una traducción macarrónica al español:



En este no hay traducción, pero las imágenes son interesantes:


Si a alguien le parece que estos artistas no son dignos de cantar a tan noble evento no estará solo, pero quizá convenga recordar un par de cosas:

- Tuvieron el valor de subir sus vídeos a YouTube antes de la caída del dictador.

- Jarcha tampoco eran colosos de la música precisamente.

¡Viva la revolución!

12 febrero 2011

Sorpresas en Londres

Hubo un tiempo en que Londres me era territorio familiar. Ya no. La semana pasada volví después de cinco años y, como sabrá quién conozca esta ciudad, eso a la orillas del Támesis es una eternidad.

Hay cosas que siguen igual, como alguna arquitectura o el clima. Pero encontré a la gente más amable, menos frenética. Ahora comer bien por poco dinero es fácil. El metro se estropea menos aunque, con tanta máquina expendedora mal calibrada, por primera vez me he visto obligada a pagar en libras inglesas (los billetes en libras se expenden en Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte con diferentes diseños, pero las máquinas del metro sólo reconocen el inglés).

Londres sigue siendo una cuidad en constante evolución. En un paseo por la orilla Sur del río siempre se han podido ver paisajes de este estilo:

El Parlamento y la noria London Eye no se han movido (aunque la segunda haya cambiado de dueños).

Pero ahora hay playa. En una ciudad repleta de emprendedores y artistas esto es suficiente para que aparezcan cosas así:

Pero, para visiones raras está este vecino...

... O encontrarse al Ché Guevara en el Financial Times mientras un coche de alta gama entra en el aparcamiento.

En Camden Town ya no huele a porro, pero sigue oyéndose más español que inglés. Continúa siendo un buen lugar para la moda alternativa y el arte urbano.

La variedad es parte del paisaje. También lo son ahora multitud de puestos con comida de múltiples países a muy buen precio.

¿Qué puede sorprender en un rincón donde la creatividad viene de serie? A mí, esto. Supongo que esperar que tras medio siglo luciendo el cuerpo perfecto Barbie fuese pura y virginal era demasiado esperar. Me parece estupendo que G.I. Joe y Action Man hayan decidido hacer el amor y no la guerra. Pero no sé si era necesario que soltasen la melena de forma tan pública y gráfica.

Con la retina tatuada por tan curioso espectáculo, no queda más remedio que una visita al viejo café Wolseley. Esta vez no vi a ningún famoso, pero aún es el único rincón del mundo con una pastelería tan perfecta que me pueden cobrar doce euros por un trozo de tarta y un té sin que me sienta estafada.

09 febrero 2011

El trofeo.

Es un día laborable, van a dar las tres de la tarde y hace frío. Las puertas del Ayuntamiento están abiertas y unas decenas de personas hacen cola para entrar. La curiosidad se me agita pero no lo suficiente para acercarme a husmear.

Ya en el coche, una cadena local me disipa el enigma: el trofeo del Campeonato Mundial de Fútbol – una réplica – se exhibe en el hall de la Casa Consistorial y muchos coruñeses están desfilando ante él. ¿Curiosidad, devoción, tedio existencial?

Mal andamos de mitos, cavilé. Ya no hay dioses que atraigan, personajes épicos que fascinen, ideologías que arrastren. Ahora, es “ la roja” – camiseta, que no creencia política – la que encandila, la que une y la que consigue poder arroparse en una bandera sin vergüenza.

Y seguí cavilando... quizás el fútbol compacte grupos, fomente amistades, distraiga preocupaciones, no exija compromisos y sea un cómodo itinerario de asentar una identidad, un opio barato sin riesgos. Quizás.

O será que felicidad se escribe con f de fútbol y esférica sea su forma.

04 febrero 2011

Mal alimentados

La vida moderna es complicada. A veces no sabes lo que comes ni cuando sabes lo que comes. Suena muy lioso, pero yo sé lo que me digo...
Este es el azúcar que ponen en la cantina de mi hospital. La traducción es:

AZUCAR BLANCO
INGREDIENTES
Azúcar.
PRECAUCION
Puede contener leche.

La leche me confunde. Las extrañas reglas de puntuación no ayudan.

Ahora, supongamos que me da por acompañar el café azucarado con leche con bollería:
Traducción:

Peckam'S
Fresco
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Creo que si alguien es tan tonto como para comer el bollo con el embalaje, no llegará muy lejos, con o sin las instrucciones.

Pero esto es cosa de los extranjeros, que son muy raros. En mi tierra esto no pasa...
Lo de las etiquetas ¿será un problema de corte inglés?*

Que aproveche el fin de semana.

*Si en el futuro alguien intenta recordarme que tan patético chiste es mío, lo negaré todo.