31 enero 2011

Centro ciudad: variedad y estilo

El área comercial del centro de Glasgow es la segunda mayor del Reino Unido, después de Londres. En el tiempo que llevo en esta ciudad ya me he hecho a la idea de que encontrar un pantalón (por ejemplo) implica una expedición de dos días. Afortunadamente las tiendas no son lo único que merece la pena mirar.
Renfield Street
En la parte alta, cerca del metro de Cowcadens, se encuentra el Pavillion, uno de los teatros más antiguos de Glasgow. Se abrió en 1904 y sigue siendo muy popular, especialmente con los niños. La torre de cristal es la sala cinematográfica más alta del mundo según el libro Guinness y una de las más modernas de la ciudad.

Buchanan Street
Un poco más abajo del Pavillion empieza Buchanan Street, la calle de las compras por excelencia. A ambos lados la jalonan no solo tiendas, también decenas de excelentes cafés y restaurantes, desde el modesto "Chippy Doon The Lane" (un fish & chips de buena calidad) al elegante "Rogano" (frecuentado por Madonna, Mike Jaegger y por mí cuando hay oferta) y sin olvidar "Cranachan" (uno de los mejores lugares para disfrutar comida escocesa a buen precio).
George Square
Paralela a Buchanan Street queda la plaza del ayuntamiento, George Square. Es el lugar preferido para festivales y encuentros, incluido el popular -y espectacular- Hogmanay (año nuevo). El de la estatua más alta es el escritor Sir Walter Scott. La piedra blanca con la cruz es un monumento a los caídos en las guerras mundiales.
Argyle Street
Acabada Buchanan Street, llega la kilométrica Argyle Street. En la zona centro es poco elegante y huele a fritura, pero basta esta imagen para hacerse una idea de la variedad arquitectónica que despliega en apenas unos metros. Girando la cabeza a la derecha, esto es lo que se ve:
Central Station, Argyle Street
La Estación Central, la mayor parada de ferrocarril fuera de Londres es un edificio de diseño modernista por la que han pasad figuras como JFK o Cary Grant. Aquí fumó el secretario de Hitler, Rudolph Hess, el último cigarrillo antes de volver a Alemania. Junto a la estación, un pub de estilo rural de finales del siglo XIX.

Buchanan Street desde Argyle Street
El centro de Glasgow no es solo un lugar que disfrutar de día. Por la noche los edificios se pintan con luces de colores que dan un aire mágico y festivo. Siguiendo su estela podemos acabar en los lujosos pubs de la Merchant City, en el decadente East End, o en los rascacielos que pueblan las calles hoteleras, pero eso quedará para otro día.

26 enero 2011

India (XII) DELHI




El viaje concluye, y Delhi es la última etapa. Aquí remata este oleaje de descubrimientos que aún nos reserva unas horas intensas antes de la despedida.

El hotel está atestado de gente y el calor húmedo no ceja en su opresión. La ciudad transpira a borbotones de claxon, dejándose recorrer por un fluido denso de motores y personas; se convulsiona o serena según el barrio y, en mutación perfecta,  bien conmueve con una escena de carencia extrema o bien se muestra soberbia con sus joyas arquitectónicas.

Delhi respira el aire de la supervivencia sin aparente terapia para una mejoría, arrastra historia secular y vive intensamente una juventud espléndida de ecuménica proyección; su corazón late con el vigor necesario para que nada se pare.

Como células sanguíneas enquistadas en el metálico artilugio con aire acondicionado, discurrimos por las venas de la metrópoli haciendo recesos frecuentes.

Nos detenemos a ver el Mausoleo de Humayun. Nos tomamos con tiempo el recorrido por el complejo de QUTB: sentimos su antigüedad entre sus ruinas de 1198 y fotografiamos su emblemático minarete, al que sus 72 metros de altura le hacen no tener rival en todo el globo.

También visitamos el RAJ GHAT, donde un fuego de imperecedera llama recuerda al libertador de la India, Mahatma Ghandi. Su mausoleo es de geometría sencilla en mármol negro, rodeado de un entorno de plácido aire y verde suelo.

Con cierta fatiga y mucha satisfacción, entrada la noche, celebramos la última cena y despedimos a la vieja y nueva Delhi, a la legendaria y emergente India, a la infinita nada de un todo precario... pero siendo sabedores de que una despedida así, jamás es un adiós.




21 enero 2011

Nivel de vida en Escocia

Hay muchos mitos contradictorios en relación con el nivel de vida en el Reino Unido. En España, las conversaciones a las que asisto suelen zanjarse con un "Claro, porque allá todo es más caro" o lo contrario: "Es que allí cobráis mucho más". Realmente, ambas son verdades más o menos diluidas, según las regiones británicas y españolas que se comparen. Como parece un tema entretenido, hoy voy a dar algunos ejemplos de precios para que cada uno se haga una idea del coste de la vida en Escocia.

Sueldos
El salario medio en Escocia es de £28.300 brutas anuales.
Personalmente, no me gusta usar la media (ingresos totales dividido entre el número de asalariados); me parece más fiable el sueldo mediano (el que cobra la mayoría de la gente). Aquí son £25.500 brutas anuales.

Si entras en este artículo pensando en venir a trabajar en "lo que sea", el dato que te interesa es el salario mínimo: £5,93 la hora.
Viviendas universitarias en Byres Rd, Glasgow

Vivienda
En general, el mayor gasto de una familia suele ser la hipoteca. El precio medio de una vivienda escocesa es £160.000. De nuevo no me fío, porque es la gente de mayor poder adquisitivo la que tiende a comprar. Lo más vendido son los pisos de dos habitaciones. En este caso, la media es de £124.000. El alquiler por un apartamento de tres habitaciones (el más común entre arrendados) ronda las £650 al mes.

Calculando rápido, la hipoteca se lleva un 30-40% de los ingresos en una casa con dos sueldos.

La cesta de la compra

Este es el dato más difícil de dar. En cualquier país, el principal objetivo de un supermercado es mantener el precio de los artículos de primera necesidad lo más bajo posible. La dieta y las prioridades del escocés no son las mismas que las del español. Un escocés consume más lácteos y dulces; son verduras populares las patatas, champiñones, boniatos, chirivias o calabacines. Es muy fácil conseguir tomates, lechugas o pimientos de calidad pero, al no ser parte de la dieta tradicional, no darían una idea completamente realista de una visita normal al supermercado. Aquí van algunos ejemplos más neutrales sacados de mi carrito del sábado:

2,5 kg de patatas:                                          £1,50
Pasta de dientes Colgate:                               £1,84
Cepillo de dientes "Oral B":                             £2,99
12 rollos de papel higiénico (marca del super): £4,95
6 huevos de granja (mercado de granjeros):     £1,20

Centro comercial St Enoch, Glasgow
Otro gasto muy citado es el precio de una hamburguesa. Al parecer, las cadenas de comida rápida son las mejores ajustando el coste del producto a cada país. En el centro de Glasgow, una Whopper de Buger King son £3,69, el mismo precio que un menú mediano Big Mac en MacDonalds.

Niños
La oferta de enseñanza gratuita es amplia y de buena calidad para los mayores de tres años. Sin embargo, las guarderías antes de esa edad son privadas. El precio medio está entre £40 y £50 al día.

Por último...
Lo sé, no he dado el cambio de la libra. Es a propósito. Creo que el nivel de vida no está relacionado con el cambio de una moneda, sino con cuantas te quedan a final de mes para gastar, y eso va en relación con lo que se gana. Así, para hacerse una idea de si aquí se vive mejor que ahí, sugiero crear un "cambio de moneda" comparando la cantidad que a cada uno le parezca más relevante en su vida (el sueldo, la Whopper...)

17 enero 2011

Trucos de ama de casa

¿Cual es la diferencia entre ama de casa y esclava del hogar? En fin... aquí van algunas chorradas que he ido aprendido con el tiempo.

Botiquín

-Si no hay crema hidratante, usa una rodaja de limón.

-Una gotita de amoniaco alivia las picaduras de insecto (por vía tópica, si es por vía oral empeoramos la situación).

-La vinagre ayuda con las picaduras de avispa.

-Las bolsas de manzanilla usadas reducen las bolsas de cansancio de los ojos.

-La piel de pepino frotada sobre heridas cerradas ayuda a cicatrizarlas.

-Remedio para el catarro venezolano: un cuarto de ron, un cuarto de zumo de limón, un cuarto de agua caliente y el resto de miel.
-Remedio para el catarro escocés: un cuarto de whisky, un cuarto de zumo de limón, un cuarto de agua caliente y el resto de miel.

Limpieza

-La plata se puede limpiar con algodón y ceniza. Si no hay ganas, se deja la casa sin cerrar en vacaciones y ya la limpian otros.

-Si la ropa se ensucia de grasa, echarle talco cuanto antes evita que la mancha se pegue. Eso no quita que después haya que lavar el desaguisado.

-Los posos del café son fantásticos: encuentran al hombre de tu vida y desatascan el fregadero.

Cocina

-Para saber si un huevo está podrido, se mete en un vaso de agua y si no flota, está bien.

-Si la comida tiene demasiada sal, una peladura de patata en la cazuela soluciona el problema.

-Para que las patatas no echen brotes se mete una manzana en el saco.

-Para que la fruta madure antes se mete un kiwi en el frutero o se guarda en una bolsa de papel.

-Si las guindillas o chiles no son tan picantes como se quisiera, congelarlos les da fuerza.


Otros

-Las cenizas, los cartones y los posos del café o té se pueden usar como abono (en cuanto a los posos, que no se haga como cierta compañera de oficina mía, que se puso a regar con el café con leche y luego el ficus olía a queso).

-Para quitar rayones de la pintura del coche, frotar con un trapo humedecido en gasolina o pasta de dientes.

Normalmente, cuando veo un artículo relacionado con labores domésticas, suele ir ilustrado con la perfecta ama de casa de la América de los años cincuenta. No voy a ser menos. El vídeo siguiente es de Nigela Lawson, apodada "la Diosa Doméstica" en el Reino Unido...

...Y si, lo de hablar despacio y buscar excusas para enfocar a los pechos es para aumentar audiencia masculina. Dado el patrimonio de la mujer, entiendo que funciona muy bien.

11 enero 2011

Esto sí

Si la Navidad la suprimieran del calendario, yo nada sufriría; no notaría síndrome ni vería mermado el espíritu de fraternidad que en una buena parte del mundo se prodiga en esos días. Los villancicos, las forzadas reuniones familiares, las avalanchas de gente acarreando bolsas, los nervios en los aparcamientos, la insaciabilidad de los estómagos y los deseos de felicidad flotando entre luces multicolores no me producen el júbilo que parece propio de tales fechas. Me siento un espectador contemplando, sin el menor resentimiento o fobia, escenas de bajo sentimentalismo y alta hipocresía.

Pero este año cambié de butaca y escenario. Como obsequio navideño anticipado, con sutil presentación y delicada textura, recibí la invitación de personas cercanas y queridas para pasar juntos unos días.

Sé que la convivencia fuera del ámbito cotidiano siempre es experiencia de riesgo; pero no ignoro que éste puede mitigarse, o incluso ser eliminado, si ponemos conocimiento, cuidado y respeto a ese trato de corta distancia. La fórmula no falló y el resultado fue óptimo.

Fueron jornadas de grato fluir envuelto en un pequeño mundo de complacencia y gozosa compañía. Me parecía estar acurrucado en una manta de cálida quietud y rodeado de los elfos de la concordia, ajeno al ruido festivo de la calle.

Desde mi placentero cobijo oía y sentía el rugir de un mar arbolado, bullicioso y potente que llegaba a mí como espuma liviana y bella, como armónica melodía desapasionada, como danza grácil sin alharacas, como rumor afectivo sin lisonja...

Y pensé: ¡esto sí es Navidad!

06 enero 2011

El poder de la mente

Tengo una amiga que, cuando no entiende algo, prefiere las explicaciones de un gurú tercermundista acostumbrado a predicar entre analfabetos a la de científicos que dedican su vida al tema. "El Sistema nos absorbe", dice.

De espaldas a la realidad.
Entiendo que la idea de un ente omnipresente preocupado por lo que mi insignificante persona piense tiene su atractivo. Pero, por suerte o por desgracia, no me la puedo permitir. Primero, porque no se corresponde con mi experiencia y segundo porque, no encuentro una buena definición de qué es "el Sistema" (me parece que lo que mas se acerca es lo que antaño llamaban "Belcebú").

Uno de los debates sobre división de competencias entre fe y razón se centra sobre el poder de la mente. Hay dos conceptos que me interesan especialmente:

La mente mueve montañas.


La idea se basa en dos tópicos:

Se sabe muy poco de cómo funciona el cerebro.

El asunto es que la frase es falsa. Del cerebro se sabe mucho. Otra cosa es que, dada su complejidad y la enorme variedad entre unos y otros, las aplicaciones practicas de este conocimiento sean menos que si hablamos de órganos mas simple como el corazón o el hígado. Hace años que entendemos los procesos básicos relacionados con sensaciones de miedo, enamoramiento, dolor e incluso fervor religioso.

Solo usamos un 10% de nuestro cerebro. Si esto es así, imagina lo que podríamos hacer si desatásemos el potencial del otro 90%...


Pero no hay que imaginar. Ese famoso 10% se refiere a la parte que usamos en pensamientos conscientes. El otro 90% no esta inactivo: se ocupa de procesos inconscientes o automáticos como mover un brazo, parpadear, la respiración, el latir del corazón..... Nada sobra.

La mente puede sanar.


Naturalmente. Me encanta leer sobre el "efecto placebo". Pero de ahí a pensar que puede curar o prevenir cualquier enfermedad, el salto es abismal.
Si trabajas en oncología, has oído aquello de "se ha demostrado científicamente que la actitud positiva es fundamental para la recuperación". Esta frase me incomoda por dos motivos: primero, porque parece pintar a las cien mil personas que mueren anualmente de cáncer en España como una especie de "club de los suicidas" o débiles de espíritu que no aguantaron el tirón. También porque, aunque ya digo que me gusta el tema, aun no he encontrado esas "pruebas científicas".

No soy la única que desconfía. En mi anterior trabajo, un par de médicos y algunos enfermeros decidieron poner la teoría a prueba. Reunieron a más de doscientos pacientes con cáncer de cuello y los dividieron en tres grupos según sus actitudes:

-Convencidos de su muerte inminente.
-Incapaces de asimilar la noticia.
-Positivos.

Tras varios años de seguimiento, se llegó a dos conclusiones:

-Los "derrotados" llevaron los efectos del tratamiento peor. Sin embargo, no hubo diferencias entre optimistas e inconscientes.

-El porcentaje de supervivientes fue el mismo en todos los grupos.

Esto contradice la intuición popular, pero tiene sentido. La mayoría de la población piensa que el cáncer es una muerte cierta. Cuando ven a alguien que lo lleva bien y sobrevive, se maravillan. En realidad, la probabilidad de que la Parca te pille en un oncológico es la misma que en Urgencias. Normalmente, la gente que lo lleva con ánimo no lo hace solo por pura valentía, sino porque saben que, tras un tratamiento durísimo, tendrán buenos resultados. Es decir: actitud y supervivencia están relacionados, pero no es el animo el que determina el pronóstico, sino al revés.

Hubo un tiempo en que creíamos que la Tierra era el centro del Universo. Entre Copérnico y Galileo nos quitaron la idea de la cabeza. Hoy, si quieres creer que la mente lo puede todo, mejor que no leas demasiado.